miércoles, 29 de mayo de 2013

REHABILITACIÓN DEL SUELO PELVICO


Los prolapsos genitales, así como otras lesiones del suelo pélvico, tienen su origen fundamentalmente en el traumatismo obstétrico, y generalmente vinculado a la primipariedad, se deben a la debilidad de los sistemas de sostén (músculos, ligamentos y fascias) que mantienen y/o suspenden los órganos pélvicos.


Pero existen otros factores de riesgo importantes que debemos tener en cuenta; ya que cada vez más, encontramos casos en mujeres nulíparas. Es el caso de mujeres deportistas o que realizan habitualmente deportes de alto impacto, o de aquellas mujeres que han sido intervenidas quirúrgicamente a nivel uro-ginecológico, también en mujeres que están sufriendo los cambios que acontecen durante la menopausia y el envejecimiento normal.

 
Todas aquellas actividades o afecciones que supongan un aumento de la presión intraabdominal como la tos crónica, el estreñimiento, los deportes de impacto y/o los abdominales tradicionales, también pueden ser la causa de los prolapsos o empeorarlos una vez instaurados.

Una mala alineación postural como es el caso de un exceso de curva lumbar o hiperlordosis puede empeorar el cuadro, ya que todas las presiones que se produzcan dentro de la cavidad abdómino-pélvica irán mal dirigidas al periné anterior, que no es el encargado de soportarlas.

Los tratamientos de fisioterapia indicados en los estadios iniciales, son altamente eficaces y pueden prevenir o mejorar el prolapso en diferentes grados. Algunos tipos de prolapsos de grado I e incluso grado II pueden mejorar tras los tratamientos. Los que mejor responden a la fisioterapia son el prolapso de vejiga y de útero. Los sí­ntomas asociados a esta situación como la incontinencia urinaria, la sensación de pesadez o bulto en la zona genital, el dolor, etc. pueden desaparecer completamente o mejorar de forma importante.

En los casos más avanzados el objetivo es evitar que aumente el grado de descenso y conseguir una mejorí­a o eliminación de los sí­ntomas asociados. Si la opción quirúrgica es inevitable o el especialista ha considerado que es lo mejor, es muy importante realizar el tratamiento fisioterápeutico como complemento a la misma, potenciando así sus resultados y evitando recidivas a corto plazo.

En Ganbatte, damos tratamiento a estas disfunciones diseñando un plan específico de fisioterapia para cada paciente, centrándonos en la electroestimulación de la musculatura pélvica, la cinesiterapia y la modificación de conductas.
 



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