Un accidente cerebrovascular (ACV) ocurre
cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro se interrumpe
repentinamente o cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe, derramando
sangre en los espacios que rodean a las células cerebrales.
Una incapacidad común que resulta de
un accidente cerebrovascular es la parálisis en un lado del cuerpo, llamada hemiplejía.
Una incapacidad relacionada que no es tan debilitante como la parálisis es la
debilidad de un lado del cuerpo o hemiparesis. Un paciente que sufre un
accidente cerebrovascular también podrá presentar problemas con las actividades
diarias más simples, tales como caminar, vestirse, comer y utilizar el cuarto
de baño. Los déficits motores pueden resultar del daño de la corteza motora en
los lóbulos frontales del cerebro o del daño de las partes inferiores del encéfalo,
tales como el cerebelo, que controla el equilibrio y la coordinación.
La rehabilitación física tiene un papel protagónico en la valoración de
las personas con déficit y discapacidades consecuencias de un ACV, pues
constituye una parte integral en la recuperación funcional de los pacientes, y
debe comenzar tan pronto como las condiciones de estos lo permitan, ya que,
tras un daño en el sistema nervioso consecuencia de un ACV isquémico o hemorrágico,
existe un tiempo de rehabilitación en el que se forman nuevas conexiones (Neuroplasticidad). Por eso mismo, es
muy importante estimular, guiar, corregir y facilitar de manera adecuada la
rehabilitación motora.
En Ganbatte, la fisioterapia neurológica busca que los pacientes puedan recuperar
la movilidad, fuerza y sensibilidad de las zonas afectadas,
persiguiendo lograr la recuperación máxima de independencia posible,
mejorando su calidad de vida. Sabemos que cada lesión y cada paciente son
diferentes, por eso para nosotros, la mejor opción es siempre un tratamiento de rehabilitación individualizado.
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