Se define fractura como la
pérdida de continuidad del hueso por la acción de un traumatismo mecánico y el
foco de fractura como el conjunto de lesión ósea y las partes blandas próximas
lesionadas en el traumatismo, que también incluye la lesión del periostio,
vasos sanguíneos, nervios, músculos, piel, etc.
En fisioterapia, el
concepto de foco de fractura parece más adecuado, ya que el
fisioterapeuta no trata la lesión ósea en sí, sino que deberá tratar todas las
consecuencias de las lesiones que le rodean para hacer que la recuperación de
la fractura propiamente dicha sea la óptima en el menor tiempo posible. Así
pues, el fisioterapeuta, por ejemplo, será el encargado de la afectación
muscular y ligamentosas, de la rigidez articular secundaria a la
inmovilización, de recuperar la estabilidad articular, etc.
En fisioterapia se debe
tener muy claro que no es la fractura lo que se ha de tratar (la lesión ósea ya
estará tratada por el traumatólogo) sino todo lo que está relacionado, lesión
de partes blandas y sobre las posibles complicaciones. También habrá que prever
las derivadas de la misma inmovilización (rigidez articular, atrofia muscular,
consideración, dolor, edema).
La fisioterapia actuará sobre la
lesión de partes blandas (como el edema, la pérdida de movilidad, la impotencia
funcional y los efectos de la inmovilización)
y en la prevención y / o resolución de las posibles complicaciones.
Objetivos básicos del tratamiento de fisioterapia
1. Favorecer la consolidación
2. Tratar la afectación de las partes
blandas
3. Disminuir los efectos de la
inmovilización
4.
Evitar y prevenir las complicaciones
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