Los calambres musculares son contracciones dolorosas, intensas e involuntarias, que
pueden ser de un sólo fascículo muscular, de un mismo músculo o de varios
músculos sinérgicos (aquellos que realizan la misma función mecánica). Estos
calambres musculares se acompañan de fasciculaciones y
suelen aparecer como consecuencia de una débil contracción
voluntaria o inconsciente (nocturna), casi siempre al
efectuarse un acortamiento muscular.
En general, la localización de los calambres es
variada, produciéndose con una mayor frecuencia en el miembro inferior. Su duración puede ser de algunos
segundos hasta varios minutos, pudiendo quedar el músculo sensible al tacto durante algún tiempo tras su
desaparición.
Es importante distinguir entre:
a) Calambres parafisiológicos o esenciales:
Aparecen durante un sobreesfuerzo ó tras mantener un largo tiempo una misma posición.
Se deben fundamentalmente a la fatiga muscular
(calambres de esfuerzo).
Afectan sobre todo a la zona posterior del muslo, la pierna o el pie.
b) Calambres sintomáticos, dentro de los
cuales se encuentran varias causas:
- Vasculares (arteritis, varices, flebitis).
- Estáticas (pie plano, deformaciones de la rodilla o de la cadera).
- Nerviosas (Neuritis, polineuritis, ciáticas,, esclerosis lateral amiatrófica).
- Metabólicas (diabetes).
- Endocrinas.
- Musculares (miopatías varias).
Los calambres comunes deben distinguirse
de los fenómenos de espasticidad piramidal o
extra-piramidal, de las miotonías y de
las distonías de función o también
llamados "calambres profesionales"
(producidos por la acción de movimientos repetitivos que generan contracturas
involuntarias dolorosas pudiendo incluso obligar al sujeto a interrumpir la
actividad que está realizando. Para abordar este tipo de patología es útil la
reeducación psicomotriz, la percepción del esquema corporal y
mejorar la coordinación).
También es importante diferenciarlos de la Enfermedad
de los calambres de Wildar, que
es una entidad muy particular acompañada de astenia
y de un estado depresivo importante.
El tratamiento de los calambres
es sobre todo sintomático, donde la fisioterapia
adquiere un papel importante pudiendo intervenir en las afecciones vasculares,
estáticas, nerviosas y musculares.
Durante la aparición del calambre, es fundamental realizar un estiramiento muscular (gemelos, isquiotibiales) de forma lenta y prolongada, hasta notar que se remite. Posteriormente se
acompañará de termoterapia (calor),
pudiéndose aplicar de manera superficial (infrarrojos) ó
profunda (microondas), masaje
circulatorio suave, reposo y colocación del miembro en declive.
Si hay dolores postcontractura se hace necesario el tratamiento manual de masoterapia
y estiramiento activo una vez
recuperada la sensación dolorosa.
En cuanto al tratamiento preventivo de
los calambres, nos servimos del masaje con el objetivo de mantener un tono
adecuado de la musculatura, de los estiramientos activos en cadena (RPG) y de la actividad
física regular (pilates, ejercicio en el medio
acuático) para mantener un buen estado muscular.
En Ganbatte conocemos a fondo esta y
otras consecuencias de la alteración muscular, pudiéndole ofrecer tratamientos
y actividades preventivas que mejoren su condición física...Los esperamos.
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