miércoles, 2 de julio de 2014

Fisioterapia en el Enfermedad de Parkinson


El Parkinson se consideraba hasta hace no mucho como una enfermedad del sistema nervioso central de carácter neurodegenerativo, crónico y progresivo que afecta a una zona del cerebro llamada Ganglios Basales y en concreto a una parte del tronco del encéfalo denominada “sustancia negra”. Estas estructuras son las encargadas del control y de la coordinación del movimiento, del mantenimiento del tono muscular y de la postura, gracias a la actuación de la dopamina, sustancia que transmite la información necesaria para ello.

Cuando las neuronas de la sustancia negra que producen la dopamina se dañan, los niveles de ésta disminuyen y las estructuras que recogen la información que “transporta” no son activados como deben, lo que da lugar a la aparición de síntomas característicos de la enfermedad, como son el temblor, la rigidez, la inestabilidad postural y la lentitud y pobreza de movimientos.

Actualmente estamos siendo testigos de una revisión de la definición de la enfermedad, ya que la comunidad científica ha realizado avances que parecen confirmar que no sólo afecta al Sistema Nervioso Central, sino a otras estructuras del sistema nervioso. De ahí la gran variedad de síntomas que no son exclusivamente motores, como pueden ser la depresión, los trastornos cognitivos, diaforesis, alteraciones gastrointestinales, etc.

Es la segunda enfermedad neurodegenerativa después de la enfermedad de Alzheimer.

Cualquier persona puede padecer Parkinson y afecta prácticamente por igual a hombres y mujeres. Suele comenzar a partir de la sexta década de la vida, aunque no sólo afecta a personas mayores un 20% de los casos se presenta en menores de 50 años.

La progresión de la enfermedad varía mucho en función de cada paciente. Aunque es una patología progresiva, con la medicación antiparkinsoniana (entre ellos levodopa) y las terapias de rehabilitación, se puede conseguir retrasar la progresión y mitigar la intensidad  de los síntomas, mejorando la calidad de vida de los afectados.

 OBJETIVOS FISIOTERAPEUTICOS

·         Aliviar el dolor.

·         Corregir las alteraciones posturales, previniendo la aparición de rigidez articular.

·         Fortalecer la musculatura debilitada.

·         Corregir acortamientos musculares.

·         Ganar expresividad y funcionalidad de la musculatura orofacial.

·         Facilitar la deglución y la masticación.

·         Mejorar la función respiratoria.

·         Mejorar la función intestinal.

·         Mejorar el equilibrio y las reacciones posturales.

·         Mejorar la coordinación.

·         Corregir los trastornos de la marcha.

·         Reeducación de las transferencias.

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