jueves, 4 de diciembre de 2014

Parálisis facial...descuide la sonrisa si vuelve :)

La parálisis facial puede ser central o periférica según a qué nivel se produzca la lesión del nervio facial (VII par craneal) y cual haya sido el mecanismo causante. La parálisis puede ser supranuclear, nuclear o infranuclear (periférica).

La parálisis facial periférica idiopática o parálisis de Bell es la causa más común de parálisis facial aguda, clínicamente se caracteriza por pérdida o disminución de la función motora y sensorial del nervio facial, afectando todos los músculos de un lado de la cara, en su porción periférica, generalmente de inicio súbito.

 La exploración clínica no revela anormalidades fuera de la región del nervio facial. Al intentar cerrar los párpados, el globo ocular del ojo afectado gira hacia arriba, lo cual se conoce como fenómeno de Bell.

 La etiología más frecuente de la parálisis facial idiopática, también conocida como parálisis facial a frigore pareciera ser debida a exposiciones al frío. Se conoce así por su frecuente, aunque no constante relación con la exposición facial brusca al frío, que actúa como factor precipitante y no necesariamente causal del proceso.

Algunos autores, consideran que la causa es viral, usualmente asociado a la presencia de herpes simple serotipo 1. (Figura 8.2)

En Ganbatte brindamos el tratamiento fisioterapéutico para estos casos con el objetivo de maximizar la recuperación sensitiva y motora, el cual consiste en:

  • Termoterapia para lograr vasodilatación superficial, ya que en caso contrario puede darse un incremento de edemas profundos. 
  • Estimulación física de músculos faciales : Cuando se practica correctamente sirve para incrementar de “forma pasiva” la circulación y estimula en parte el tono muscular de las áreas afectadas. 
  • Estimulación eléctrica muscular: La excitación eléctrica directa del músculo produce una mejoría del "riego sanguíneo", lo que genera una “mejoría nutricia y fisiológica” de dichas áreas.
    La estimulación eléctrica se considera como uno de los mejores métodos para prevenir y disminuir los riesgos de atrofia y fibrosis por desnervación, ya que ayuda a movilizar la linfa que se acumula dentro y alrededor de los fascículos musculares y favorece la recuperación del enfermo una vez que la inervación retorna a la normalidad.
    La estimulación eléctrica se aplica todos los días o interdiario y debe suspenderse al reaparecer los movimientos voluntarios; de lo contrario, constituye un peligro porque puede originar contracturas o sinquinesias
     y
    movimientos asociados no deseados.
    En nuestra experiencia  la estimulación eléctrica se puede diferir a partir del onceavo día ya que a veces puede haber una mejoría clínica espontánea en este periodo de tiempo.
  • Reeducación muscular: Se realiza cuando la actividad voluntaria retorna.
  • Protección de los músculos paralizados: se da mediante férulas o soportes faciales para evitar estiramientos.
  • Recuerda que en tu rehabilitación no estás solo…vamos contigo!!


 

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